La voz de los Pueblos Indígenas del mundo sobre la emergencia medioambiental planetaria
La voz colectiva de líderes de 53 naciones y 4 continentes
Este mensaje va dirigido a las Naciones Unidas y a los Estados que actualmente gobiernan y controlan el mundo con sus leyes y su ciencia...
Quienes expresamos y firmamos el contenido de este documento somos descendientes de los primeros pueblos y naciones que la creación ha dejado bajo las leyes de la naturaleza para que cuidemos la tierra que es la casa de la humanidad. Somos los guardianes históricos de la vida que se manifiesta en el agua, las plantas, la fauna, los bosques, montañas, páramos, nevados, océanos, glaciares, manglares, playas, humedales y toda forma viviente que representa una célula del orden cósmico existente.
Desde tiempos inmemorables nuestros antepasados comprendieron los códigos de la naturaleza, sus leyes y sus enseñanzas; para que cada pueblo desde cada lugar de origen, según las tradiciones, los tótems, las espiritualidades y los conocimientos; ejerciera la gobernanza de la vida. Esta es la herencia que la sabiduría ancestral nos ha dejado, que aún la conservamos y por ello sentimos el deber de expresarle a las Naciones Unidas y los estados, para que, ante la emergencia ambiental de hoy seamos escuchados desde su conciencia.
Con el debido respeto, pero sin bagajes, manifestamos que entendemos, pero lamentamos la lógica de quien ostenta el poder tecnológico y el poder económico ejerce el control sobre del mundo; porque por esta vía el poder se ha convertido en una obsesión de las naciones poderosas que han enceguecido su esencia como hijos de la tierra y se han convertido en amos del planeta. En esa lógica utilitarista, han cosificado el mundo y han mercantilizado todo lo existente y esa es hoy la columna vertebral del sistema que han adoptado los estados.
Esta ola de injusticias con los bienes de la naturaleza, han sido interpretadas por muchos abuelos, ancianos y sabios de los pueblos indígenas, como una guerra contra la madre tierra y una negación a los derechos de las próximas generaciones; ante lo cual muchos dirigentes de los pueblos indígenas han alzado la voz de inconformidad y muchos de ellos han sacrificado su vida por estos reclamos; por eso reafirmamos que buena parte de la historia de la humanidad es una historia de dolor escrita con la sangre de nuestros antepasados.
No pretendemos denunciar o escandalizar el actuar de quienes hoy ostentan el poder de decisión frente a los destinos del mundo; pero sí queremos que hagan memoria que, en las últimas décadas, en nombre del desarrollo se han cometido injusticias con la naturaleza y se han violado derechos de la tierra a través de megaproyectos con los cuales se han destruido recursos vitales y se han profanado sitios sagrados. Frente a todos estos daños irreparables, en los ultimo años se viene sustentando de manera indolente que quien contamina debe pagar, tratando de decir que todo se resuelve con el dios dinero.
Alrededor de estas injusticias con los bienes de la naturaleza, se han creado categorías y conceptos sobre riqueza y pobreza; se han establecido desigualdades sociales, y sobre todo, se ha contaminado el pensamiento humano, con todas las repercusiones que de ello se derivan, y ante lo cual los Pueblos Indígenas muchas veces nos consideramos pobres, atrasados e ignorantes. Por eso hoy los Pueblos Indígenas preguntamos al mundo si es más ignorante reconocer a la tierra como madre o considerarla como mercancía.
Uno de los primeros conocimientos de equivalencia científica de los Pueblos Indígenas es que la tierra es un ser vivo, con sensibilidad y sabiduría epistémica; a ella le debemos lo que somos y lo que hacemos como pueblos. Nuestra historia, tradiciones, mitos, lenguas y todas las prácticas como pueblos se deben a la Madre Tierra; ella es la fuente de las ciencias ancestrales de los Pueblos Indígenas, hoy aún vigentes y necesarias para la preservación de la vida.
Por lo tanto, ante la propuesta de pago por servicios ambientales y bonos o créditos por diversos recursos vitales por parte de quienes tienen el poder económico, es necesario que evaluemos conjuntamente los impactos adversos causados contra la naturaleza, con la participación efectiva de los Pueblos Indígenas como guardianes y dolientes de la naturaleza y no sólo por quienes detentan el poder de decisión en las esferas de la política mundial donde se discute el cambio climático, pero en realidad, se trata de la tierra en estado de enfermedad.
No es justo que quienes han causado la mayor contaminación y deterioro de la naturaleza, hoy asuman una postura heroica como si se tratara de una ayuda con recursos económicos para que sigamos cuidando o restaurando los recursos de la naturaleza; que por demás pretenden que sea bajo sus lógicas, sus normas y su conveniencia en la cual terminaríamos absorbidos por el sistema de mercado. No podemos olvidar que hoy estamos frente a daños ambientales causados por la codicia, que ningún presupuesto económico podrá reparar.
Entendemos que el nacimiento de las Naciones Unidas fue motivado para salvaguardar el orden y abogar por los derechos conexos a la vida; de allí que el sistema de la ONU se ha institucionalizado en todos los campos, lo cual reconocemos su importancia. Pero al mismo tiempo nos parece paradójico que alrededor de lo ambiental hoy la vida esté en inminente peligro. En ese sentido consideramos que es urgente que al igual como se ha declarado los derechos humanos de manera vinculante para los estados, debe reconocerse igualmente los derechos de la tierra de manera vinculante para los estados.
Por ello, desde los Pueblos Indígenas, hacemos un llamado urgente a las Naciones Unidas para que lidere esta tarea en conjunto con los pueblos. Se trata de un compromiso de mitigación justa y un cambio en el comportamiento humano frente a la emergencia ambiental provocada por proyectos como la minería, la deforestación, el uso de agroquímicos, la biopiratería, el tráfico de animales, la contaminación de ríos, lagos y océanos, entre otros. Si cada año los jefes de Estado se reúnen para emitir declaraciones sobre su gestión o preocupación, ¿por qué no es posible reunir las múltiples voces de los Pueblos Indígenas, para que desde los micrófonos de la ONU, podamos hablarle al mundo sobre este tema?
Por todo lo anterior, ya que el tema de los bonos y/o créditos será una realidad, nosotros como Pueblos Indígenas abogamos porque estos procesos se basen en principios que garanticen el ejercicio de los derechos que como pueblos preexistentes tenemos ante los estados; porque antes que las leyes humanas, nos ampara el derecho de nacimiento, de acuerdo a la ley natural o ley de origen escrita en los códigos de la naturaleza desde el principio de los tiempos.
En este sentido, los acuerdos, compromisos o tratos que se establezcan deben llevar el sello de la transparencia, la buena fe y el debido proceso; donde el diálogo claro será la pauta para el entendimiento. En efecto, cada acuerdo con las comunidades debe estar precedido de la consulta correspondiente, para que exista un consentimiento previo, libre e informado. De esta manera, los Pueblos Indígenas no asumen el simple papel de beneficiarios, sino el de aliados estratégicos para seguir cumpliendo con la misión de ser guardianes de la vida.
Finalmente, expresamos nuestra voluntad que el presente contenido se incorpore como preámbulo o antecedente histórico a los términos de referencia y la carta que dará las pautas a las partes involucradas en los próximos acuerdos, con la certeza que el futuro de la humanidad depende de la salud de la madre tierra y la salud de ella depende de nuestro compromiso como hijos.
Co-firmantes:
Benji Ekolu Rodrigues, Líder traslacional, Kanaka maoli (nativo hawaiano), EE.UU., Hawai.
Fernando Lezama, Taita, Pijao, Colombia, Putumayo
José Alberto Garreta JansasoyGobernador del Resguardo Indígena Cofán, Cofán, Nariño, Colombia
Jattopa Rufino Antonio PonareCacique y Maestro de Tradición,
Huottoja, VenezuelaJayesh JoshiLíder de Maharashtra, Bhil, India
Goengalla Yin JummaJumma McLeodrepresenta a TODOS los aborígenes australianos, Jaithmathang, Australia
Jhony López, Ambientalista, Pastos, Putumayo, Colombia
Demer Gonzales VásquezPresidente del Organismo Autónomo de Gobierno Territorial de la Nación Shipibo Konibo, Perú
Escrito por Michael Chindoy, representante legal de la Asociación Indígena Agro Pueblos. Tribu Kamëntsá, Colombia. En consulta con líderes de >53 líderes de naciones indígenas independientes, algunos de los cuales son públicos personalmente o como grupo. Tenga en cuenta que estos líderes y sus declaraciones son independientes, y pueden no estar afiliados a Savimbo o de acuerdo con la acreditación de la biodiversidad.